Pienso que lo que hay que tener es una economía que tenga pautas, que tenga objetivos, que tenga regulaciones y que no sea un mero hecho comercial, sino que busque la satisfacción de las necesidades de la sociedad. Entonces el sistema financiero debe ser un instrumento de esas políticas y debe actuar en función de esas prioridades.
Tendríamos que empezar a decir que habría que tener otra ley de entidades financieras porque la ley que tenemos es la ley que viene de la época de Martínez de Hoz que es una ley cuya filosofía, cuya ideología es «los bancos pueden hacer todo menos aquello que está expresamente prohibido», cuando en realidad tendríamos que tener una ley cuya filosofía fuera «los bancos pueden hacer solo aquello que tienen expresamente autorizado».
De ahí se desprende porque la ley de entidades financieras es una ley típica de la libertad de mercado entonces las tasas son libres, no hay regulaciones, en cuanto a destino del crédito. Después cuando se producen los problemas y hablar de los efectos no deseados es como inevitable. Es como la crisis mundial, primero se alentó la burbuja inmobiliaria, los negocios y todos hablaban de los fantástico que era y ahora vemos las consecuencias.
Considero que hace falta pensar en una economía basada en otras valores, hay que reflexionar es sobre como debe ser un sistema financiero para servirle a la gente.