Puedo decir que el sistema financiero siempre es una de las expresiones más notable de las crisis, es el lugar donde se expreso y se formo parte importante de lo que se llamó “la burbuja”.
Lo cierto es que uno de los fenómenos que se ha dado en esta etapa es el de que en los países centrales la gente y las empresas están sobre-endeudados, y lo están tanto que han llegado a un punto que efectivamente no pueden pagar sus deudas.
En Estados Unidos el boom de todo el crecimiento económico estuvo sustentado en la llamada “burbuja inmobiliaria”, que sucedió anteriormente a la “burbuja tecnológica”. Es decir, fenómenos en los cuales se generan mecanismos de ganancias ficticias que entusiasman a inversores para tratar de absorber los excesos de liquidez enormes que hay en la economía global y después vienen situaciones como estas.
¿Qué pasa hoy? Los bancos tienen carteras que llaman “tóxicas”, porque son de deudores que no puede pagar y por lo tanto en la medida en que esas carteras son carteras de bajísima calidad, los bancos entran en situaciones de crisis. En consecuencia están necesitando fuertes inyecciones de capital fresco para seguir existiendo o sino quiebran.
Al desinflarse la burbuja es evidente que son las entidades financieras las que sufren o expresan más directamente el impacto. Por eso en estos días tanto en Estado Unidos como en Europa se está hablando cada vez más firmemente sobre la nacionalización, es decir, que el Estado se haga cargo directamente de estos bancos. Considero que podríamos encontrarnos con la paradoja que bancos como el Citibank o el Bank of America, en estos días o semanas, sean bancos públicos.