Esta película ya la vimos. En cuanto se desliza la posibilidad de una merma en las ventas de bienes y servicios los empresarios juegan distintos roles que parecen ser del mismo cuento de terror. Repasemos los mas comunes:
– Los más duros echan mano al cuco de la pérdida del empleo.
– Los blandos se conforman con que los trabajadores no pidan mejoras en los salarios.
No se puede defender el empleo sobre la base de congelar salarios para sostener la rentabilidad empresaria. Ese camino no va a mejorar la distribución del ingreso. Para eso hay que producir, para producir tiene que haber demanda y para que haya demanda la gente tiene que tener más plata.
Hay que desterrar esta relación perversa que ata el empleo al nivel de los salarios y que busca imponer la idea falsa que dice que para garantizar la fuente laboral hay que eliminar los pedidos de aumentos.
La producción es muy compleja y los salarios no son la única variable a la que se puede acudir para guarecerse de los vientos de la crisis. Hay que ver los costos de los insumos, las ganancias de las empresas y la política del gobierno con impuestos y subsidios.