Hay momentos en la vida política en los que hay que poner las cosas blanco sobre negro. Después de tantas idas y vueltas, ya no caben dudas de que la falta de decisión política de Mauricio Macri para resolver el conflicto docente muestra su desprecio reiterado por la educación pública. El reclamo docente es el más justo de todos pero el Gobierno de la Ciudad no ofrece nada y patea el tema para el año que viene.
Esta semana convocó a los gremios docentes a través de los medios y su ministro de Educación dio por terminado el diálogo en los primeros tres minutos de la reunión. Esta situación muestra el doble discurso de Macri que durante los días del conflicto con las entidades del agro hablaba de buscar consenso y dejar de lado las intransigencias pero que cuando gobierna se muestra absolutamente inflexible.