El discurso de la presidenta en la Asamblea General de la ONU

crisis-economicaHace unas semanas la Argentina asumió la presidencia del G-77, que es el bloque de países emergentes, y en la ONU, días antes, la presidenta dio un discurso muy interesante que, por supuesto, no fue replicado en los medios de aquí.

Allí destacó la importancia de las políticas anticíclicas llevadas por la Argentina para aminorar el impacto de la crisis, y las contrastó con los ajustes que se están llevando a cabo en los países desarrollados por impulso del Fondo Monetario. Respecto a la crisis global, dijo que son precisamente los países en vías de desarrollo los que sostuvieron durante la última década el crecimiento de la economía y los que vuelven a impulsar y sostener hoy el crecimiento de la actividad económica y por ende, los instrumentos para poder superar una de las crisis más importantes desde 1929.

Asimismo, fue muy clara en su intervención al insistir en la necesidad de reestructurar los organismos internacionales ya que han fracasado en su misión fundamental de mantener una economía estable a nivel mundial que genere bienestar y empleo para los habitantes de este planeta. También solicitó una legislación global para los fondos buitres; y habló sobre la necesidad de evaluar la actuación de las calificadores de riesgo.

En un mundo con doble estándar donde los que tienen que cumplir son únicamente los países en desarrollo o los países con mayor grado de debilidad, y en el que los otros pueden violar sistemáticamente el ordenamiento jurídico vigente a nivel internacional, la presidenta fue contundente al expresar que no habrá posibilidad de construcción de paz, y mucho menos de preservación de la seguridad, porque son estas situaciones las que terminan generando las brechas, las diferencias insalvables que vemos a diario. Por eso, es importante advertir que los conceptos de seguridad y los conceptos de paz, nunca pueden estar asociados únicamente a una cuestión de carácter militar, sino esencialmente a valores que tengan que ver con la política, con la equidad, con la libertad y, tal vez, con una de las banderas por las cuales la humanidad ha luchado desde sus comienzos: la igualdad.

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